HÉRCULES CF DE ALICANTE --- 1 /// ALICANTE CF --- 2

El pez pequeño se come al grande

Bueno, os traigo bien fresquitas, casi heladas, las novedades, patéticas novedades de nuestro Hérculito.

Hoy se daban todos los factores para ver una goleada, un buen partido. Pero resultaron ser tantos que al final la torre de Babel se derrumbó; dando con un Hércules nada ambicioso y un Alicante CF entregado a la causa de ver un destello de luz en este túnel sin fin.

Así comenzó el partido con un Hércules portando el peso del match y un Alicante CF agazapado atrás, esperando la contra encabezada por Ismael como agua de mayo. Aunque no tardaría la balanza en desequilibrarse, cuando Sendoa, al borde del área controlaba un balón zafándose de su marca y batiendo a Unanua, que de nada sirvió ya que volvimos a pinchar en hueso al ver como el árbitro y su juez de línea (con estos jamás hay que contar) lo anulaban por otro supuesto fuera de juego que solo ellos vieron. Fue entonces cuando se derrumbó el castillo de naipes herculano. Desde ese momento el Alicante CF comenzó a creerselo teniendo más de una ocasión de adelantarse siempre a base de contras producidas por perdidas tontas de balón muy propias hoy en Tote. Pero los minutos pasaban y la ansiedad cundía en nuestras filas, mientras, la negra sombra de los del Palamó se ceñía sobre nuestro templo hasta que un minuto antes e irnos al descanso, gracias a una magnífica asistencia de nuestro cetral Sergio Fdez., Pedro ponía el 0 a 1 y descanso.

A la vuelta del descanso, todo siguió igual, con un Hércules más entregado que a los 10 minutos de la reanudación consiguió el empate por medio de Abel Aguilar tras pase de Delibasic. Poco duró la alegría a la parroquia herculana, ya que tras un encadenamiento de varios pases del Alicante CF tras la pasividad de todos los jugadores del Hércules; que vieron como los del Palamó ponían el 1 a 2 en el marcador. El resto de partido fue prácticamente un quiero pero no puedo del Hércules, el cuál, durante esta jornada, llegó a rozar el fracaso.

Ahora, si no queremos empezar a perder los trenes que llevan a la lucha por el ascenso (que no a él), habrá que ganar en tierras de Don Quijote contra el Albacete.